Me estaba
preparando para dar una conferencia y decidí llevar una naranja al escenario
como una proposición para mi clase…
Abrí una
conversación con un joven brillante que estaba sentado en la primera fila, y le
dije:
– Si yo
exprimiera esta naranja tan fuerte como pueda, ¿qué podría salir?
Él me miró como
si estuviera un poco loco y dijo:
– Jugo, ¡por
supuesto!
– ¿Crees que
jugo de manzana podría salir de ella?
– ¡No! (él se
reía).
– ¿Y jugo de
toronja?
– ¡Tampoco!
– ¿Qué saldría
de ella?
– Jugo de
naranja, obviamente.
– ¿Por qué?,
¿por qué cuando exprimo una naranja sale jugo de naranja?
– Bueno, es una
naranja y eso es lo que hay dentro.
Asentí con la
cabeza y le dije:
– Cierto. Vamos
a suponer que ésta naranja no es una naranja, sino que eres tú y alguien te
aprieta, pone presión sobre ti, y te dice algo que a ti no te gusta; te ofende
y fuera de ti sale ira, odio, amargura, miedo. ¿Por qué sale esto?
La respuesta
que dio el joven fue:
– Porque éso es
lo que hay dentro.
Ésta una de las
grandes lecciones de la vida: ¿Qué sale de ti cuando la vida te aprieta, cuando
alguien te produce dolor o te ofende? Si la ira, el dolor y el miedo salen de
ti, es porque eso es lo que hay dentro.
No importa
quién hace la contracción, si es tu madre, tu hermano, tus hijos, tu jefe, etc…
Si alguien dice
algo acerca de ti que no te gusta, lo que sale de ti es lo que hay dentro; y lo
que está dentro sólo depende de ti, ¡es tu elección! Cuando alguien te presiona
y sale amor, es porque eso es lo que has permitido que esté en tu interior.
Hoy hay una
naranja para ti y para mí. Ahora, nos toca reflexionar qué hay dentro de ti y
de mí, porque “de la abundancia del corazón habla la boca” [Mat 15:18
Fuente:
Colaboración de la Lic. Ruth MeZa
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